Ya están listos los trabajos preliminares para lanzar la ultrarrápida 4G para transmisiones inalámbricas vía Internet.
Un grupo de ingenieros surcoreanos acaban de presentar el prototipo de una red inalámbrica denominada G4 que, según esperan, revolucionará el acceso a Internet. Tiempo antes de finalizar 2006, la empresa Samsung ofreció la primera demostración pública de su versión de la red. Confían en que, en un futuro próximo, Internet permitirá a los usuarios abrir una laptop en cualquier lugar y ¿sin necesidad de agregar un cable o de buscar una conexión Wi-Fi¿ empezarán a navegar por Internet con la misma velocidad de la banda ancha más veloz.
Según algunos analistas, el mayor peligro para esta nueva tecnología inalámbrica de cuarta generación reside en que el nuevo sistema, si bien técnicamente maravilloso, es algo que los consumidores podrían no utilizar. Dicen que será caro construir las redes inalámbricas de alcance nacional que algunos imaginan, y que probablemente el costo producirá un fuerte aumento de las tarifas. Y agregan que los accesos de línea fija, como la fibra óptica, el cablemódem y la ADSL, seguirán siendo más baratos, más rápidos y más confiables.
Hasta los entusiastas de la nueva tecnología no saben muy bien cómo explicar qué es la 4G. Lo único en lo que todos están de acuerdo es en la velocidad: para ser considerada 4G, una red debe poder transmitir un gigabit (mil millones de bits) por segundo. Eso es lo suficientemente rápido como para bajar una película en menos de diez segundos.
El nombre 4G se debe a que a la industria de la comunicación inalámbrica le gusta hablar en términos de generaciones. La primera generación se refiere a los teléfonos móviles analógicos de hace dos décadas; la segunda, a los primeros teléfonos digitales de comienzos de los años 90; y la tercera, a las redes más rápidas que surgieron en el Japón y Corea del Sur alrededor del año 2000, pero que no tuvieron tanto éxito ni en los Estados Unidos ni en Europa. Y que acaba de llegar a la Argentina (ver La onda...)
Si bien los trabajos y los estudios están todavía en sus primeras etapas, ya hay dos estándares para la conexión inalámbrica 4G. Uno de ellos es de NTT DoCoMo, Qualcomm y Ericsson, y es una modificación de la tecnología de los teléfonos celulares, que permite mover datos con mayor velocidad. NTT DoComo, el mayor proveedor de conexión inalámbrica del Japón, dice que las velocidades de transmisión de la 4G se alcanzaron en un test realizado en 2003.
El otro grupo está encabezado por Intel, el fabricante de microprocesadores, que promueve un estándar para la banda ancha inalámbrica llamado WiMax. Intel dice haber invertido cientos de millones de dólares para desarrollar tecnologías vinculadas con la conexión 4G y con WiMax, con la idea de llegar a ser el proveedor mundial de los semiconductores que les permitirán acceder a las redes futuras a las computadoras y otros dispositivos.
Aunque Intel se está poniendo en acción rápidamente para entrar en la operación 4G, la empresa sostiene que la firma no está acaparando patentes con intención de dejar fuera a otras compañías. Por el contrario, dicen, Intel quiere alentar a más compañías a unirse al grupo WiMax rematando los derechos por el 2% o el 3% del precio del equipo que venden. Los derechos más baratos contribuirían a bajar el precio del equipo, que de ese modo sería también más accesible para los consumidores.
Un actor destacado en el grupo Wi Max es Samsung. Hace dos años, la compañía empezó a armar un equipo de 170 ingenieros, la mayoría con doctorados en universidades top de los Estados Unidos. Y sus representantes declaran que hasta ahora ha gastado más de 100 millones de dólares en investigación y en la construcción de un prototipo. Samsung espera que esa inversión aumente aun más, según informó Lee Ki Tae, presidente de la división telecomunicaciones.
Al parecer, la tecnología habría alcanzado su punto más alto cuando Sprint Nextel anunció que gastaría hasta 3.000 millones de dólares para construir una red 4G, usando tecnología de Intel y Samsung, y también de Motorola, otra empresa muy comprometida con este proyecto. La red pretende llegar a 100 millones de ciudadanos estadounidenses hacia fines de 2008. Según Bin Shen, de Sprint, "Internet será como el aire, algo que uno quiere tener en todas partes".
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